Ledebouria cooperi

Quisiera trasmitiros mis experiencias con esta planta.


CLASIFICACIÓN CIENTÍFICA
Reino: Plantae
División: Magnoliophyta
Clase: Liliopsida
Orden: Asparagales
Familia: Asparagaceae
Subfamilia: Scilloideae
Tribu: Hyacintheae
Género: Ledebouria
Especie: cooperi
NOMBRES COMUNES
No se le conocen

DESCRIPCIÓN
Perteneciente al género Ledebouria, se distribuye en India, Madagascar y Sudáfrica originaria del sudeste asiático. Se hallan en regiones con lluvias estivales en sabanas y pastizales subtropicales.
Las Ledebourias cooperi son plantas caducifolias, que pierden las hojas y entran en reposo durante la estación seca (usualmente el invierno en las regiones donde habitan).

Hojas brillantes verdes erectas basales, linear-lanceoladas de entre 7 y 12 cms de largo, color verde medio con líneas marrón purpúreo longitudinales.

Inflorescencia en espiga sobre tallos finos y erectos de 8 a 10 cms de altura. Flores de pedúnculo largo, color rosa alilado con 6 pétalos formando estrella.
Florece en verano, puede comenzar a finales de primavera dependiendo del clima y la ubicación en que se encuentre.

KUSAMONO DE LEDEBOURIA COOPERI

Ante todo se ha de considerar la situación geográfica en la que se va a realizar el estudio y en especial el clima, que podemos resumir:
“El clima de Málaga es muy templado en invierno, con temperaturas mínimas muy suaves. Los veranos son moderados por la cercanía de la ciudad al mar. La precipitación es baja, con un promedio anual de 469,2 mm. Las mayores precipitaciones se producen entre noviembre y marzo, siendo el verano muy seco”

Situación:
Al aire libre durante todo el año. En verano, es mejor colocarla en un área sombreada pero muy luminosa.
Riego:
Al ser una especie propia de praderas de verano lluvioso, necesita de riegos durante el período vegetativo, que serán moderados cuando sólo tiene hojas, dejando secar la superficie entre uno y otro riego, incrementando a regulares una vez que aparecen los tallos florales.
Al cultivarse en maceta evitar los excesos, que podrían resultar en la pudrición de los pequeños bulbos.
En invierno conviene mantener el sustrato seco y la planta a resguardo de las heladas.

Abonado:
Agregar fertilizante líquido para plantas de flor 1 vez cada 20 días durante el período vegetativo. Terminada la floración se puede optar por aportar una dosis moderada de fertilizante de liberación lenta, lo que asegurará que en el próximo período reciba alimento desde el primer momento.
Las plantas jóvenes (hasta el segundo año de vida), necesitan dosis extra de fósforo para incrementar el desarrollo de su sistema radicular.

Parásitos:
En los más de ocho años que llevo cultivándolas no he apreciado ninguna plaga.
Enfermedades:
El exceso de humedad lleva a la putrefacción de los bulbos.

Sustrato:
Como sustrato siempre he utilizado una mezcla a partes iguales en volumen de Akadama, Pomice y Fibra de coco o Turba rubia. A esta mezcla le suelo añadir un 10-15 % de humos de lombriz. No obstante los requisitos básicos son: que sea poroso y drene bien.

Trasplante:
Es imprescindible hacer una división a principios de primavera cada 3 o 4 años.

De lo contrario la presión de bulbos y raíces, unido a la multiplicación pueden fracturar el tiesto, como se puede apreciar en la anterior fotografía.
Las plantas se desenvuelven bien con los bulbos expuestas y no expuestas. Si se exponen cogerán un tono rojizo.

Propagación:
Se multiplica emitiendo bulbillos nuevos cada temporada, dos o tres de cada bulbo antiguo, que separaremos, manteniendo riego escaso hasta que enraízan.
La mayor parte del bulbo está formado por escamas, las cuales morfológicamente son las bases envolventes de las hojas. Las escamas exteriores del bulbo, por lo general, son carnosas y contienen nutrientes de reserva. En el centro del bulbo se encuentra ya sea un meristema vegetativo o un tallo floral sin expandir. En las axilas de las escamas se desarrollan meristemas que producen bulbos en miniatura, llamados bulbillos o hijuelos.

MI EXPERIENCIA EN PROPAGACIÓN POR DIVISIÓN DE HIJUELOS.
Todas las operaciones serán realizadas a la sombra un día sin vientos y mejor un día nublado.

Cuando los trasplantamos, al cabo de tres años veremos que a cada bulbo antiguo adulto le han crecido hasta cuatro o más hijuelos.
Separaremos cuidosamente y procurando que cada bulbo o cada hijuelo conserve su porción de raíces.

Este es el tamaño medio de los bulbos que podemos considerar adultos pues ya han emitido hijuelos.

La moneda que sirve de base comparativa es un céntimo, pero demasiado nuevo y brillante.

Los restantes bulbos, (los hijuelos) mucho más pequeños serán la base de futuras generaciones.

La mezcla utilizada para la reproducción es la procedente del trasplante de otros árboles, que conveniente limpiada de hojas y cribada será la indicada, tendremos la precaución de que no contenga abonos.

Cubriremos un tiesto de entrenamiento o cualquier otro recipiente unos cinco centímetros de tierra y una vez alisada, comenzaremos la plantación.

Antes de plantarlos recorto el exceso de raíces.

A continuación colocamos en posición vertical a una distancia aproximada de 1,5 cm.

Recubriremos totalmente los bulbitos con la misma mezcla, la cual cribaremos para conseguir un grano más pequeño y homogéneo.

Colocaremos el tiesto a la sombra con ligeros riegos hasta que comencemos a ver actividad.

Con los bulbos adultos a los que también habremos eliminado el exceso de raíces, los colocaremos ya en macetas de exposición.

Si alguien quiere algún bulbo, que me lo indique pues tengo algunos que podría compartir.

Para esta pequeñas macetas prepararemos el mismo tipo de mezcla pero convenientemente cribada a un tamaño proporcional a la maceta.

En esta ocasión la mezcla es akadama, pomice y turba rubia a partes iguales en volumen.

No se ha introducido humos, pues lo primeros riegos se realizaran con humos liquido procedente de las lombrices.